Desde pequeños estamos acostumbrados a recibir distintos estímulos para desarrollar nuestro intelecto y poder aprender a sobrepasar distintas dificultades, recordando por ejemplo aquellos Juegos Didácticos en los que aprendemos a diferenciar Formas y Colores, comenzando a desarrollar nuestras capacidades cognoscitivas y formando nuestro intelecto y conocimientos básicos.

Posteriormente llega la Educación Inicial donde estos conceptos se refuerzan y es en la Educación Primaria Básica donde comenzamos a desarrollar nuestras habilidades de Lectura y Escritura (lo que es frecuente ser llamado como Alfabetización) y comenzamos a tener una mayor interacción con el mundo, sobre todo a la hora de la Literatura.

Seguramente muchos de nosotros hemos pasado por los trabajos escolares en los que se nos asignaba la lectura de un relato, sin importar su extensión, y se nos hacían algunas preguntas acerca de los personajes principales, realizar un breve resumen del argumento o bien algunas preguntas minuciosas sobre los detalles de hechos Importantes que fueron detallados en la narración.

La Comprensión Lectora es entonces la base de la interpretación de un texto, sin importar su extensión, aplicada no solo a la hora de la lectura, sino también cuando necesitamos estudiar e incorporar nuevos conocimientos, siendo un ejercicio que realizamos inclusive en forma constante y automatizada, cuando leemos algo y lo transmitimos hacia otra persona, difundiendo el mensaje y el contenido del mismo.


Por lo tanto, la comprensión lectora es la capacidad de entender lo que se lee, tanto en referencia al significado de las palabras que forman un texto como con respecto a la comprensión global en un escrito. La comprensión es el proceso de elaborar un significado al aprender las ideas relevantes de un texto y relacionarlas con los conceptos que ya tienen un significado para el lector. Es importante para cada persona entender y relacionar el texto con el significado de las palabras. Es el proceso a través del cual el lector "interactúa" con el texto, sin importar la longitud o brevedad del párrafo.


La lectura es un proceso de interacción entre el pensamiento y el lenguaje; el lector necesita reconocer las letras, las palabras, las frases. Sin embargo, cuando se lee no siempre se logra comprender el mensaje que encierra el texto; es posible, incluso, que se comprenda de manera equivocada. Como habilidad intelectual, comprender implica captar los significados que otros han transmitido mediante sonidos, imágenes, colores y movimientos.
La comprensión lectora es un proceso más complejo que identificar palabras y significados; esta es la diferencia entre lectura y comprensión. Es una habilidad básica sobre la cual se despliega una serie de capacidades conexas: manejo de la oralidad, gusto por la lectura y pensamiento crítico. Es una tarea cognitiva que entraña gran complejidad ya que el lector no sólo ha de extraer información del texto e interpretarla a partir de sus conocimientos previos.

La comprensión es considerada como un proceso activo por su naturaleza y complejo por su composición. «… es indispensable un proceso de texto a subtexto, aquello que constituye su sentido interno central de comunicación».1 Por ello es necesario que se realice un proceso de intercambio lector-texto en que se integren los elementos lingüísticos y sociolingüísticos a través de diferentes tareas y en la que se orienten las estrategias de aprendizaje para que ayuden a que la comprensión se realice con mayor facilidad y el aprendizaje sea más eficaz.2 La lectura comprensiva requiere que el lector sea capaz de integrar la información en unidades de sentido, en una representación del contenido del texto, que es mucho más que la suma de los significados de las palabras individuales.3


Las investigaciones llevadas a cabo por Rockwell (1982), Collins & Smith (1980) y Solé (1987) revelan que tanto los conceptos de los docentes sobre lo que es aprender a leer como las actividades que se llevan a cabo en las aulas, no incluyen aspectos relacionados con la comprensión lectora. Esto pone de manifiesto que los docentes comparten mayoritariamente la visión de la lectura que corresponde a los modelos de procesamiento ascendente según los cuales la comprensión va asociada a la correcta oralización del texto. Si el estudiante lee bien, si puede decodificar el texto, lo entenderá porque sabe hablar y entender la lengua oral. Esta teoría tuvo tanto arraigo que aún hoy día los sistemas escolares basan la enseñanza de lectura en ella.